Volví a escribir en el mercado. Como veis.
No podía evitar el opinar e intentar hacer ver ciertas ideas o consideraciones sobre la actualidad, sobre asuntos de ahora o de siempre. Aún bajo el riesgo de ser incomprendido, escribí de nuevo.
Igualmente escribí sobre otras noticias, ideas sueltas. Párrafos perdidos, entre pincelada y pincelada de dibujos sobre otras ideas.
No todo lo publiqué. Demasiado inconexo.
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Al hacer público mi pensamiento, aquí, respecto a tal noticia, sobre cuestión semejante y en tal modo, puedo ser tildado de cualquier cosa, pero aún así arriesgareme, y en aras de la mejor disposición pondré mis palabras al servicio de mi pensamiento para así, al menos, poder pasar un lisonjero momento escribiendo y ustedes leyendo.
¿Cómo surgió la vida?
Vamos a ver que les parece esto.
¿Acaso no se debe la vida a la repetición de los ciclos y particulares características del agua sobre la tierra en unas circunstancias de luz y sombra permanentemente repetidas debido al necesario aspecto espacial de las cosas y a su movimiento? El sumando de las particulares energías espaciales circundantes son las generadoras de los propios ciclos que en su continua y constante repetición, encadenan el peso de todos estos dando aspecto de cadena trenzada a todo ello y pudiendo así crear lo creado.
El resultado de todo ello es una especie de energía en forma de fuente que nos impulsa o atrae de forma indefectible más la suma de las energías de todo lo circundante que a su vez también son impulsadas o atraídas por tan indefectible circunstancia, las cuales nos dieron forma como ejemplo de nuestro común y rocambolesco pasado e indudable presente.
Como la energía primordial que avanza de forma indefectible es la que marca la pauta y comportamiento de las demás energías, está situada en forma de cerebro en una especie de duplicado simétrico de la forma en que el total de las energías que lo sustentan funciona.
De este modo se crean distintos ciclos haciendo que la suma de todos ellos en la principal corriente y fuerza dé como resultado las distintas variedades de lo que conocemos como vida y naturalmente al más alto exponente conocido de ella, es decir, nosotros.
Hé aquí que la conciencia humana, más allá de lo puramente físico, se corona como el más alto exponente de esta cadena de todo el copiando y sumando de energías trenzadas, pues es el verdadero regente del motor impulsante.
¿Acaso no es la idea, lo ideal, el pensamiento y toda conciencia, lo que nos impulsa al igual que hace la vida?
Así parece, pues más allá del sustento necesario del sumando de procesos necesarios para este momento, el verdadero impulsor de ello parece ser la del pensamiento, pues sin el pensamiento no habría conciencia de éste momento.
Hete aquí, de nuevo, que la conciencia se convierte en el sustento de lo que le sustenta, alimentando el ciclo en su propio acto imitativo pues es ésta la parte que indica la situación de nuestro impulsar o atraer. Ápice y culmen de nuestra simetría como exponente avanzado de lo que supone la vida.
Así la vida se repite en su repetirse en la variedad de lo circundante sumando procesos para dar como resultado al ser humano en lo alto de la mencionada trenzada cadena de fuerzas.
La vida. La vida, entonces, a veces, parece ser la fe en el creer que existirá un momento de felicidad por el que vale la pena vivir.
En esa fe se produce la revolución del ciclo en sí mismo, verificándose como ciclo y haciendo que ésta permita la vida como proceso en conseguir la integración permanente y total con esa fuerza (o corriente) de propiedades imanantes y naturaleza indefectible.
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(Sin publicar)
Muy interesante. El proceloso mundo de las sociedades cambiantes.
Daría mucho para hablar todo esto, pero sólo decir que este es el presente de una sociedad que ha colocado al dinero en el ápice del bienestar en lugar de a las personas y sus verdaderas necesidades.
Miren que estas necesidades pasan ahora por un concepto de conciencia global creciente.
El mundo ya no se entenderá más por países sino como concepto y conciencia global.
Las comunicaciones lo están haciendo.
Es así que los ideales que se mencionan pasan necesariamente por esa conciencia de planeta.
Hace falta hacer otras cosas primero, claro.
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Quizás lo diga porque en la corrupción parece que convivan a sus anchas todos los pecados a la vez.
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No se ofendan, pero algo de razón tiene.
El diseño de las viviendas sigue siendo decimonónico.
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Por fin alguien haciendo hincapié en los modos verbales. (y correcto significado)
Cuanto mal trae el incorrecto o descuidado uso del estar y del ser convirtiendo en permanente lo que es momentáneo.
Felicidades.
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Perdone que le pregunte, ¿Usted está a favor de la tortura física?
Y si es así. ¿Le gustaría recibir esa tortura física y que se la imponga un ser de características y fortaleza gigante, algo así como el doble de alto y el cuádruple de fuerte que usted, y que además se haga llamar su padre o su madre?
¿Cuanto tiempo estaría dispuesto a soportar ese castigo? ¿Mas o menos hasta alcanzar su fortaleza y estatura?
¿Si su padre o madre de usted, tuvieran ahora el doble de tamaño que usted, es decir unos casi cuatro metros de altura y el cuádruple de su fortaleza, le gustaría que le siguieran educando en sus errores comunes a base de tortazos?
Perdone de nuevo, pero su comentario está lejos de ser educativo.
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Al parecer a usted también le gusta que le peguen.
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Algunos de los comentarios aquí escritos son la muestra palpable de la sociedad en la que vivimos.
Se quejan de las atrocidades cometidas por gente que ostenta el poder y algunos actúan con la misma atrocidad o peor en sus propias casas con sus propios hijos.
Luego pretenden que el mundo sea mejor. Que las cosas mejoren y se solucionen y viven todavía instalados en conceptos y educaciones que han aportado, entre otras cosas, dos guerras mundiales.
Si los padres no son capaces de hacer que sus hijos aprendan a razonar por medio de la palabra y utilizan la fuerza, la bofetada o cualquier tipo de castigo físico, lo único que hacen es demostrar que tienen una carencia en cuanto a sus facultades educativas.
Nadie es perfecto, este que escribe, tampoco, claro está. Pero ya ven a lo que lleva de nuevo el censurar un mensaje, el mío en esta ocasión de nuevo.
Al censurar un comentario sobre los innecesarios males que el castigo físico trae al aplicarlos en la educación de un niño lo único que hacen es potenciar la ideología contraria componiendo así un reflejo erróneo de lo que es la sociedad y de lo que además debería ser correcto.
Se podría sin embargo afirmar que casi la totalidad de las personas que dicen estar a favor del castigo físico como método educativo para sus hijos y que así lo defienden, estarían completamente en contra de que ese castigo físico fuese empleado por algún profesor o cualquier otro adulto sobre su mismo hijo. Es así que la mayoría defiende el castigo físico en su propia acción y comportamiento, pero no si éste tiene que ser aplicado por otra persona. El motivo, claro está es simplemente convertir una acción errónea en algo permisible para quien lo hace argumentando una especie de derecho de propiedad sobre el hijo para así poder permitir el abofeteo.
Si ese método educativo del castigo físico fuera tan bueno, podría ser aplicado por cualquier persona en cualquier situación, haciendo que cualquier mala acción fuera reprimida inmediatamente por un tortazo propiciado por alguien con autoridad. Todos seríamos abofeteados por cualquier motivo que cualquier otra persona considerase como inapropiado. Según algunos, eso lo soluciona todo.
¿Cuál es la realidad? La realidad es que la violencia genera violencia de igual modo que los buenos modos generan buenos modos aunque algunos se nieguen a verlo. No es fácil admitir nuestras propias carencias y defectos.
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Le aseguro que el simple azote es contraproducente, innecesario y completamente inútil.
El simple azote responde a un acto reflejo como impotencia a no saber qué decir de forma inmediata.
Un acto que no aporta nada mas que malestar y mala imagen quedándose en el recuerdo y reproduciéndose innecesariamente de la forma más insospechada.
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La paciencia también es importante.
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Señores, con todos mis respetos, ustedes siguen hablando de situaciones avanzadas de falta de comportamiento adecuado.
Ustedes hablan de sujetos en los que la suma de la falta de la adecuada educación ha hecho su mella, y su comportamiento es ya altamente inadecuado.
A esa edad y con esa avanzada carencia educativa, no sirve igualmente ningún tipo de represión física , naturalmente y además porque sin duda, eso sólo haría que incrementar todavía más la falta de referencias educativas adecuadas.
En otras palabras, a esa edad no pretenda infringir ningún azote para corregir ninguna tendencia y que encima tenga un efecto positivo.
En cualquier caso, el efecto, nunca será por el daño físico, sino por la sumada constancia de que además del castigo se impone aunque sea un pequeño razonamiento que acompaña a dicho castigo.
Infringir daño físico a cualquier edad sólo hace que propiciar la enseñanza de un comportamiento inadecuado. La de infringir daño.
Es así, que como aparentes primates avanzados, compartimos con éstos una capacidad que nos ha permitido evolucionar por encima de todas las demás especies, dominando sobre ellas. Esta capacidad consiste en poder imitar lo que vemos hacer.
Como es más fácil aprender e imitar cómo se dispensa un azote que aprender, imitar y si cabe mejorar el proceso de razonamiento que lleva a distinguir lo adecuado de lo inadecuado, el niño opta por aprender antes y de forma inconsciente o natural incluso, el cómo se lanza un azote en lugar del razonamiento educativo adecuado.
Si algo nos diferencia del resto de especies del planeta es el proceso de razonamiento. Es precisamente por lo que nos consideramos seres humanos. Una especie por encima de las demás. El proceso de razonamiento es precisamente el que nos lleva a tener esta conversación, por ejemplo.
Nada podría yo enseñarles para educar a sus hijos que tuviera que ver con el azotarles.
Les recuerdo de nuevo que la enseñanza es un proceso que necesita la evolución continua y constante desde el primer día de vida y que podemos decir que no termina nunca pues siempre podemos aprender a mejorar.
Si ustedes consiguen amarse y dar a luz a un hijo ¿Cómo van a azotarle? ¿Acaso no querrán inculcar sobre ese hijo valores y deseos semejantes a aquellos que les llevaron a amarse para concebirlo?
Naturalmente que sí.
Por eso les animo a que actúen de tal modo. Inculcando los mejores y más placenteros deseos sobre ellos desde el primer día y de forma continua, y sabiendo que si en algún momento su comportamiento no es el adecuado, ese comportamiento no ha venido inculcado por ustedes si no por cosa ajena a ustedes. Siendo así que rápidamente sepan identificar esa cosa o causa ajena a la suya para ponerle el adecuado remedio.
Tan fácil como saber si la ropa que lleva es suya o no.
(Insisto que el dolor físico sólo genera malestar físico innecesario.
Todo esto además va ligado con el comportamiento y la vida que lleve cada uno. Es evidente que no se puede educar en la no violencia y luego convivir en familia que la película "el club de la lucha", por ejemplo, es una de las mejores películas hechas.)
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El último mensaje salió al mercado por triplicado y en diferentes formatos. Lo siento.
Como ven, la perfecta virtud de la paciencia es difícilmente alcanzable en todo momento, pues en cada uno de ellos requiere de diferente tiempo.
Es así que la falta de reacción inmediata a un acto genera la necesidad de una espera, valorable en todo momento por las particulares circunstancias del acto.
Así, la espera a la reacción de un acto se convierte en paciencia y en virtud.
Pues como está demostrado, todo acto tiene su respuesta.
Y qué mayor virtud que la paciencia de esperar la buena reacción a un buen acto aún sea cuando sea.
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La paciencia también es importante.
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O dicho de otra forma.
Éste es el producto del sumando de sumandos. La armonía o uniones armónicas de ciertos sumandos dan como resultado unidades estables duraderas y con propiedades diferenciadas permitiendo la múltiple composición de nuevos conceptos armónicos con nuevas y singulares propiedades haciendo posible en el culmen de las combinaciones armónicas, la vida y en concreto al ser humano sabedor y receptor de tales circunstancias.
Las primeras y distintas estables posibilidades armónicas son así representadas por las distintas cargas energéticas de conceptos considerados como atómicos y unitarios, en la tabla periódica.
El concreto hecho que la magnitud que rige los conceptos base de toda la materia esté sustentado y transcurra a través de tres simples unidades atómicas y unitarias como son positivo, negativo y neutro, y que la sencillez de todo ello sea la base de tan magno Universo, hace que la realidad y la vida luzcan repletas de inevitables comparaciones.
Es así que la simple unión de tres conceptos y las distintas posibilidades armónicas del sumando de ellos produce todo lo creado. Las distintas escalas armónicas y las singulares propiedades y características de cada una de ellas dan como producto final al escribiente que aquí escribe, como (un simple) ejemplo de la infinidad de posibilidades armónicas que las características únicas y singulares que todas las posibilidades de todo lo creado permiten.
(El misterio de las tres esferas)
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Yo les diré el por qué a mi modo de ver y escribir en el escribiendo y con el escribiendo, para mayor gloria del noticiado Quevedo y de su al igual afamado gongoresco rival.
Pues llevando una vida a su lado no puedo por menos que dejar constancia de mi pesar en el pensar en tal hecho.
Siendo amante de la lengua encontraría discrepancia pues siendo ellos parlantes de su lengua y acento no se dan cuenta que este está lleno de demasiadas entonaciones que asemejan sueños, llanto y lamento y así actúan y padecen como si fueran víctimas de su propio acento en el acto del viviendo, instalados además en el posterior refunfuñamiento que les da su característico hablar con su tono y acompasamiento. Y así dejáralo escrito pero de otro modo, Quevedo.
Y por muy a su pesar, discrepancias y nuevos lamentos que genere tal hecho, no es de menos menester el decirlo esta vez y aunque en silencio por medio de palabra escrita en luz. ¡Qué invento!
Pues no consta constancia que conste, que consta todavía a medias en el constando, sobre el dejar constancia de tal hecho.
Y así, con la presente y concluyente constancia dejo constancia en el silencio con la palabra de luz de tal hecho.
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