Lo que el amanecer me regaló ese día.
lunes, 8 de septiembre de 2014
domingo, 7 de septiembre de 2014
¿A dónde vas? (06-09-2014)
(07-09-2014)
Tú me llevas. Siempre me llevas.
Tú, Padre, me llevas.
Es verdad.
Pensé que salía a andar. Un día salí a andar. A buscarte.
Y ahora se, que tu siempre me llevas.
Tú siempre me llevas.
Sobre tus lomos me llevas.
Varios días salí a buscarte. Andando para aquí y para allá. Bajé y subí o subí y bajé.
Fui para aquí y para allá. Perdido.
En linea recta, en vueltas y vueltas.
Tú me llevas. Sobre tus lomos me llevas.
Y yo buscando un camino.
En tu piel. En la mía.
En mi piel me llevas. En la piel que me diste me llevas.
Sobre mis pies me llevas.
Absurdo de mí.
Ahí estás tú sol. Tú, rayo de sol y luz.
Ahí estás. En tus lomos.
En tus rectas y curvas. En tus puntos.
Ahí estás. Sobre mis pies. En mis lomos. Los tuyos.
Padre.
No sé donde voy. No lo sé.
Sólo tú lo sabes.
Padre.
Espíritu.
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A la luz. Camino de luz.
viernes, 5 de septiembre de 2014
Pensamientos a través del bozal.
Quería romper las vallas y salir como loco galopando.
Estaba allí y allá, siempre pensando.
Enmudecido.
Desconsolado.
Quería hablarte y no podía.
Con el bozal puesto.
Avergonzado por querer hablarte.
Me sentó muy mal lo de la censura. Pensaba que eso ya no existía más allá de la simple cortesía.
Pero la sin razón o que se yo seguía imperando en el mercado.
Quería hablarte padre. Padre.
Quería abrazarte una vez más.
Tú sabías mi condición humana. Mi triste condición humana del cansarse en el amarse.
Del cansarse incluso en el gozo.
De mi triste sol y mi triste luna.
De mi sí y mi no.
Allí estaba el estar. Alejado del ser.
El valor del estar. Mucho más allá del ser.
Era difícil valorar al estar. El estar. El Estar, más allá del Ser.
¿Valía más el Estar que el Ser?
El estar parecía la solución al ser y no ser. Al sí y al no.
Parecía a veces que el simple estar era mayor que el ser.
El ser era y no era pero el estar estaba.
El estar siempre estaba.
El estar era la roca. Era la cosa. Era la piedra y el muro y el árbol.
El estar siempre estaba.
Gracias Padre siempre por el estar. Por el siempre Estar.
El estar que me diste y me regalaste. El que me mostraste.
Triste condición del Ser y No Ser.
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Camuflado en el olvido.
Aquel árbol.
Aquel gigantesco Árbol.
El sempiterno.
El estar del ser y no ser.
La madre del padre.
El estar del ser.
El espíritu del ser.
El espíritu del Padre.
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A unos les parecía poco el sol y la luna. Opinaban sobre la existencia de lo divino.
Sobre la existencia del estar y del ser.
Entonces les parecía poco el infinito.
Pues creían que el infinito y lo gigantescamente colosal empequeñecía o anulaba al espíritu.
Al estar del ser.
Tampoco entendían el punto.
Punto.
Todo era un dudar y un negar.
Sin ver ni pensar. Viendo y pensando.
Estando.
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Tenía que diferenciar lo mío de lo no mío.
miércoles, 3 de septiembre de 2014
La voluntad de los descalzos.
Allí la voluntad y fe de los descalzos.
Intentando enderezar el destino del mundo.
Allí la caja del dinero.
El gran cofre de la gran rueda.
Salí del mercado.
Salí del mercado.
El mercado de las voces disonantes. De los acordes inacordados acordados. De los ruidos y los gones en los sonares.
Aquello resonaba con el sonido del tiempo de los expandires y moveres.
Bastantes burbujas había soltado.
Podría haber seguido soltando burbujas allí, en el mercado, hasta el día de mi muerte. Aire me quedaba para ello, pero no estaba dispuesto a soportar más las censuras del diapasón del capricho.
El beneficio de lo absurdo.
El beneficio de la mentira sin razón en la razón de la mentira.
Aire tenía más que suficiente para escribir y gritar hasta el día de mi muerte. Soltando burbujas en el mercado de la locura.
En aquella ciénaga de vociferío incontrolado. De mentes sin sentido engañadas con el dinero y el odio a sus semejantes por el amor al dinero sin importar la sangre del quién o el por qué.
Sólo querían vender sus aparatitos. Sus bolitas de plomo.
Al precio que fuere.
Creando odio en el engaño.
La iniquidad de la mentira.
Salí del mercado.
martes, 2 de septiembre de 2014
lunes, 1 de septiembre de 2014
sábado, 30 de agosto de 2014
jueves, 28 de agosto de 2014
Me lo dijo un pajarito.
A mi, en verdad, el pajarito nada me dijo.
Aparte de su mensaje de paz y libertad.
De amor rosa y naranja y verde y blanco.
El pajarito en verdad cayó de su nido.
Salí una mañana de casa y escuché su pío pío.
Allí estaba, en el suelo.
La cría cayó y gritó.
Lloraba con su pío pío.
Nadie se preocupó.
A nadie le importó.
El gato se puso a jugar.
Bonita presa apresada que del cielo cayó.
Maná caído del cielo.
El único que parecía preocupado era yo.
El pájaro murió.
Pobre pajarito.
Pobre cielito.
Tan bonito.
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