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viernes, 12 de diciembre de 2014

IF City




IF City

Las esferas IF comenzaron a instalarse en las azoteas de edificios, en las calles, en los tejados de las fábricas. En cualquier sitio necesitado de energía. Con coste ínfimo podía instalarse una esfera IF.
Se construían edificios que eran en sí una gigantesca esfera IF.
Los edificios esfera, centros comerciales o de ocio, disponían de zonas de entrada y salida así como de grandes ventanales que permitían contemplar el exterior desde dentro.
Los diseños se habían mejorado para permitir tales fines sin impedir la adecuada eficiencia del movimiento de los fluidos que activaban los generadores.
La contaminación en las grandes urbes comenzó a reducirse significativamente.


Aún así, el verdadero sentido, utilidad y finalidad de los generadores de energía esferas IF era el poder ir con ellos a cualquier lugar necesitado del mundo y plantarlo donde fuera para poder dar inmediato calor y luz a los más necesitados. 
África y todas sus grandes penurias eran el gran objetivo de estas esferas.
Paliar las hambrunas y enfermedades del gran continente.
Acabar con el gran desconsuelo de todos los allí o allá necesitados.
El suministro de agua, luz y calor en poblados olvidados durante incontables años.

Cuando una esfera IF alcanzaba una de estas remotas y olvidadas zonas del planeta, los niños y personas del lugar se arremolinaban alrededor de ellas con el reflejo de la esperanza en sus sonrisas.
Sabían que ya nunca más iban a pasar frío, ni miedo, ni sed.
Allí tenían una esfera IF que les daría energía tal que el Sol.

Otras tecnologías y métodos se aunaban con esta forma de obtención de energía para así poder darles un futuro alentador y satisfactorio.

La felicidad de todos aquellos que habían llorado durante decenios se veía compensada y se extendía por todos los rincones del planeta como un único y agradable sentimiento de amor.
Por fin el ser humano podía sentir la felicidad del bienestar general en todos y cada uno de los corazones que latían en el mundo.
Surgían voluntarios por doquier para tales fines.
La felicidad ajena era sentida como propia.

La colocación de la primera esfera en el más desolado lugar del planeta fue visto y sentido por muchos de los que todavía albergaban odio y rencor en su interior como un hálito de gigantesca y sublime esperanza.

Muchos comenzaron a dejar las armas y todo tipo de maldad hacia el prójimo en pos de un alentador futuro.

Aquel era el principio de algo mejor para todos.



jueves, 11 de diciembre de 2014

lunes, 8 de diciembre de 2014

sábado, 6 de diciembre de 2014

La mochila focalizadora con capacidad infinita.





La mochila focalizadora con capacidad infinita es difícilmente entendible.
Su capacidad infinita se transforma en capacidades múltiples para múltiples propósitos.
Caminar y vivir con la mochila focalizadora te puede llevar a recorrer caminos desconocidos.
Algunos no son capaces de sobrellevar el peso de su capacidad.
En verdad nunca sabes si serás capaz de sobrellevar el peso de su(s) infinita(s) capacidad(es).


La mochila focalizadora de capacidad infinita es un lastre.
Un aumento de la fuerza de la gravedad no sólo sobre tu cuerpo, si no además sobre tu mente.
Mucha gente cree que esto no es sano.
En verdad es difícil valorar su adecuada utilidad.
Es difícil encontrar el equilibrio si llevas una mochila de tales características colgada o sustentada por tu mente.

La mochila focalizadora de capacidad infinita es diferente en cada caso y para cada persona.
Unos la llaman simplemente vida.
Otros piensan que es un simple recibo mensual del banco o una droga.
Otros creen que la mochila es su pareja o su familia o su simple aspecto delante de un espejo.

Nadie sabe en verdad cómo o qué es en concreto la tal mochila.


La mochila focalizadora de capacidad infinita es diferente para cada quien en cada diferente momento.


Yo llené la mía con muchas cosas.
Muchas cosas de esas que te hacen un nudo en la garganta y que convierten el cotidiano hecho de tragar saliva en un suplicio de dolor imposible de compartir o narrar o explicar o hacer comprender.


La mochila focalizadora de capacidad infinita es, en algunos casos, voluntaria.
Hay mucha gente que desconoce su existencia.
Algunos la ponen en duda incluso.
Tan ajenos son a sus capacidades.


La mochila focalizadora de capacidad infinita hace pensar a muchos de los que te ven con ella, sin verla, que eres un ser enfermo. Algunos creen que eres un despojo evitable de la sociedad.
A menudo te crea arrugas y canas y ojeras y un sin fin de aparentes malestares.

Tan cruel e infinita e impredecible es la capacidad infinita de la mochila focalizadora.


Pero, en algunos casos, la mochila es útil.
Es útil si eres consciente de la mochila.
Si eres consciente de sus infinitas capacidades y de cómo focalizarlas.


El lastre es útil en algunos casos si sabe emplearse de la correcta forma.

Eso lo saben los que han subido hasta las nubes en un globo.
O los que se han sumergido en las profundidades de los océanos en un sumergible.



Con la mochila focalizadora de capacidad infinita puedes viajar sin tan siquiera moverte y puedes moverte sin ir a ningún sitio.










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¡Oh, mente dispersa!
¡Oh, imaginación!
¡Oh, yo del yo interior!
¡Oh, neurona!
¡Oh, física y química humana!



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Ten, una pastillita para curarte.
Para que no pienses y olvides la mochila focalizadora con capacidad infinita.
Para que mueras y pagues hasta después de muerto.




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Ayer escuché sobre la "Zarza ardiente".
¡Oh tú, zarza ardiente!








jueves, 4 de diciembre de 2014

Homenajes y estudios sobre Toulouse-Lautrec, Degas y Claude Monet.




Homenaje a Toulouse-Lautrec
Pastel sobre papel.


Homenaje a Degas.
Pastel sobre papel.



Homenaje a Claude Monet
Oleo sobre papel de estraza.


Homenaje a Claude Monet - 2
Oleo sobre tela.



Las dos bellezas del parque. Y otras cosas.





Aquellas dos bellezas estaban fueran de mi alcance y a mi alcance.
Mis límites me indicaban que aunque allí estaban las dos, mirándome, nada podía hacer yo para conseguirlas.
Las dos me miraban. 
Sólo la lengua de mi mente podía acceder a ellas.

No sé cómo, ni quienes.
Allí me preguntaban.


No eran las únicas.
Otras veces había pasado.
Otras veces pasó.


Allí ambas dos mirándome.
Preguntándose y preguntándome cómo ...
¿Quién eres?
¿Qué vas a hacer?
¿Qué harás?


- ¿Tú crees que has venido al mundo para hacer algo especial?
- Si.



No había duda alguna sobre la respuesta.

Nunca hubo duda alguna sobre la respuesta.



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De nuevo las preguntas y los miedos.
De nuevo las palabras equívocas y cambiadas.
La inteligencia artificial.
La ignorancia real.


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¿Cuántas veces había pensado? Ésto es suficientemente importante como para tomar carta en ello.
Esto es suficientemente importante para opinar.
Esto es suficientemente demencial para alzar la voz y gritar a los cuatro vientos que no debería ser.


Allí callado.


No. Todavía no. Contente.

Todavía no debes alzar la voz.


Años y años.
 Días y días.
Oportunidades perdidas.
A cambio del silencio, más demencia.


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De nuevo los grifos soltando agua sin parar.


Dar de beber al sediento.





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La sal de la vida.


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Allí la violencia y la muerte.


Arrancando la vida de las propias entrañas.
Arrancando la vida de las entrañas.
Arrancando el futuro de la vida.
Arrancando a sus hijos de sus entrañas.




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La inteligencia artificial, la ignorancia real, no era otra cosa que el no.
El continuo e infinito no.


Allí seguían con su infinito.

Ahora pongo un dos. Ahora un tres.
Ahora un siete o un ocho.

Ahora un nueve y un cuatro y un dos.

Y así.


Tengan ahí su infinito.
El que ustedes hacen.


El que la vida hace.



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Había un no y un No.

Uno era el no y el otro el No al no.


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Ten. Dos manos. Hijo mío.
Ten dos manos para hacer.



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Allí la lengua y la mente y las manos y la ignorancia.



Allí el muro.





El muro blanco.




Y el charco...


Hasta el cuello caí en el charco.
En mi propio charco caí hasta el cuello.
Con el agua al cuello de mi propia sal de la vida.




Todo era barro.

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¿Cuántas gotas habían bajado y subido?
¿Cuántas gotas habían vivido?

Desde el día uno.


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Desde el día uno.


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martes, 25 de noviembre de 2014

Un anochecer en seis tablillas.






Oleos sobre tablas.




Allí se escondió el sol y aquella estrella.
El sol y la estrella formaron las luces en la tierra.

Las luces del cielo se quedaron iluminando la noche en la tierra. 





sábado, 22 de noviembre de 2014

Vivir en el pozo.








Vivir en el pozo no es agradable.

El pozo no es un lugar en concreto, pero es un lugar.
El pozo es un lugar terrible.
El pozo te circunda en todo momento.
No importa donde estés ni con quien estés.
Siempre estas en el pozo.

En el pozo cualquier pensamiento, voz o acto se torna en eco que resuena perpetuamente en tu cabeza.
El pozo no tiene salida.
El pozo cada vez es más profundo y más oscuro y frío y lóbrego.
En el pozo un mosquito es un gigante.
Una palabra es una condena.
Una palabra en el pozo se convierte en un puñetazo en la cara que es capaz de dejarte la mandíbula desencajada.
Sin metáforas.
Tal que así.
En el pozo una palabra se convierte en una maza de mil toneladas de peso que te golpea la cara y te deja con la mandíbula fuera de sitio. Con los músculos retorcidos por tensiones inimaginables.

En el pozo no se duerme o se duerme poco y mal.
En el pozo no hay respuesta.
Nunca hay respuesta.
Allí no hay extraterrestres, ni terrestres, ni amigos, ni familia, ni esposa, ni hijos.
En el pozo solo hay soledad.
Terrible soledad.

No es una soledad física, porque tú sientes el pozo.
El pozo te toca.
Pero no tienes consuelo alguno en la compañía.
Tan profundo y oscuro es el pozo.

Estar en el pozo es saber que el mundo que conocías cuando naciste, ha desaparecido.
Es saber que toda aquella gente a la que creías conocer ha desaparecido.
En el pozo todo yace muerto y sin vida.

En el pozo no se vive, no se respira, no se come.
En el pozo todo es dolor.

En el pozo tienes ganas de morir.
En todo momento quieres morir.
Para dejar de sentir el pozo.

En el pozo todo es engaño y falsedad y pura mentira.
En el pozo todo es falso e hipócrita e impostado.
Todo es falso.
Nada verdadero.
El pozo es la soledad en el engaño del tacto.

En el pozo todo son demonios.
En el pozo todo es infierno.

Desde el primer parpadeo te das cuenta que estás en el pozo.
Y ya nunca más sales.
Año tras año.
Cada vez más hundido.

En el pozo cualquier cosa está sobre ti.
Nada hay bajo tu sentir y si algo sientes allí, debajo de ti, mágicamente esa cosa sube y se coloca encima tuyo para darte todavía más peso.
Sube para hundirte tú todavía más.

El pozo es el lugar más triste del mundo.

En el pozo la única compañía que tienes es tu propio dolor.
Todo es dolor y llanto y pena y amargura y soledad.
Así es el pozo.

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Mucha gente vive en el pozo en muchas partes.


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Tengan ahí el infierno en vida en el que vivimos.
Nuestro pozo.
El que hemos creado y al que contribuimos todos los días con nuestro hacer.

A continuación imagen de la contaminación en el mundo con la posición correcta del mapa.
El dióxido de carbono es más pesado que el aire, por eso debe estar abajo.




Vídeo de la Nasa del dióxido de carbono en un año publicado el 17-11-2014.
Nasa | A year in the life of Earth's CO2





Y vídeo que prueba el mayor peso del dióxido de carbono.




¿Tiene así pues nuestro planeta en el universo un arriba y un abajo?
Pues así parece.