Sr. Musk, la economía tiene idénticas características a la inteligencia artificial, la tenemos aquí hace cientos de años y así va el mundo.
La economía rige nuestras vidas por encima de nuestros deseos y necesidades. Podríamos decir que vivimos bajo la IA de los números. ¿No cree?
Podríamos decir que todos hemos jugado al monopoly o conocemos el juego.
El monopoly es un juego que acaba cuando un jugador se ha hecho con todo el dinero, o mejor dicho,
el resto de jugadores se han quedado arruinados y fuera del tablero de juego.
En el monopoly real, en el de la vida, la única diferencia es que existen muchos sectores que funcionan al mismo tiempo. No solo hoteles y casas.
En el monopoly o economía real, en la vida, parece que todos podemos acceder a ser ricos según nuestras habilidades, pero eso tampoco sucede.
Lo que sucede es que debido a la diversidad de sectores en los que está dividida y sustentada nuestra sociedad, se producen diversas situaciones económicas, permitiendo que la riqueza se reparta entre los diferentes sectores.
Así, en la vida real, no sólo tenemos el monopoly de los hoteles y las casas, si no que tenemos sobre el tablero de juego otros monopolys paralelos jugando al mismo tiempo en otros sectores y en muchos casos al mismo tiempo en diferentes países.
Alimentación, textil, banca, automoción, energía, etc., es decir, un número muy elevado de monopolys juegan en el monopoly general de la vida.
Si a esto añadimos la evolución de los sectores y las novedades y variabilidades que se producen a diario en cada uno de ellos creando nuevas necesidades o soluciones para esas necesidades, la economía, o su palpable argucia, el dinero, da la impresión de repartirse más o menos equitativamente por la sociedad, pero eso es algo que a todos, a poco que pensemos sosegadamente sobre ello, nos resulta una falsedad.
La realidad es que las reglas del juego del monopoly se siguen cumpliendo a rajatabla en la vida real.
Sólo puede ganar uno.
La multitud de monopolys que existen jugando en diferentes sectores económicos da la falsa sensación de que la riqueza se reparte más o menos equitativamente entre la población según las habilidades y dedicación particular de cada individuo, haciendo que todos los jugadores seamos víctimas de una especie de espejismo en el que cada uno de nosotros soñamos en tener el mando del juego y un aceptable trozo de riqueza.
Es así que creamos nuevos minimonopolys para así, creando nuevas cosas, tener acceso a vencer en nuestro particular monopoly.
Otros, ajenos a todo este concepto, incluso escépticos de este modo de ser de la realidad económica, viven trabajando dentro de esos hotelitos de plástico rojo, desempeñando funciones serviles que en algunos casos están cercanas al esclavismo. Estos trabajos han sido englobados en muchos casos en el llamado "sector servicios".
Cada sector, cada monopoly, tiene su propio sector servicios, a mi entender, que no es otro que ser parte integrante de cualquier corporación, empresa o sector económico sirviendo a sus intereses y dando a su vez cuerpo al tablero de juego en sí.
Finalmente podemos ver que en realidad sólo son unas pocas personas las que juegan en cada monopoly, mientras que todos los demás, la inmensa mayoría de la población mundial, somos simplemente el tablero, las fichas, los dados, los billetes, la mesa de juego, las sillas o el simple suelo que sustenta a los verdaderos jugadores del monopoly.
La solución. No sé. Pero no sería la primera vez que se oye o que alguien piensa que quizás haría falta limitar el tope de dinero a conseguir. El tiempo de jugabilidad en cada monopoly para los virtuales ganadores del juego. Algo así como lo que se hace al limitar la velocidad punta de un veloz coche, para de este modo, al menos, permitir que más gente, más coches veloces, puedan acceder a jugar al monopoly de verdad, y no ser únicamente una parte del sustento del juego.
¿En cuantos cómodos sofás y barcos y coches y casas se puede sentar una persona al mismo tiempo?
Pues cada uno se puede sentar sólo una vez en un cómodo sitio en el mismo momento, la verdad
Quizás así habrían cómodos sitios para todos en todo momento y no sólo para algunos.
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No sabía yo que el oro se reprodujese según sus intereses particulares.
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Tiene usted razón, no tengo ni idea de economía. Sencillamente no me interesa demasiado saber sobre ella.
Pero en vista de que los que sí que saben no saben arreglarla, parece ser que tienen que aportar ideas hasta los ignorantes en la materia.
Aún así la vida me ha concedido sin pedirlo y quererlo, el tener relación con ella, y a base de relacionarme, aunque sin quererlo, algunas ideas base sí que tengo.
Mire usted, con el ánimo no de ofenderle sino de ayudar verdaderamente, le argumentaré aún así que no sé cómo usted pretende que por ejemplo, todos los españoles seamos poseedores de una fortuna semejante a la del señor más rico de nuestro país.
A mí se me hace harto difícil comprender cómo vamos a vender tantas prendas de vestir, a no ser que pretendan encontrar vida extraterrestre para tal fin.
Por cierto, primero deberemos pensar en una extraordinaria campaña publicitaria para poder conseguir que los extraterrestres adopten la humana costumbre de vestirse.
El mercado, la población, es la que es, igual que el planeta es el que es. Por muy hábiles que fuéramos todos, sería imposible que todos poseyéramos fortunas comparables, y para eso no hace falta ser ningún experto en economía.
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En realidad todos tenemos la misma fortuna.
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¿Quién nos creó?
Así es. A su imagen y semejanza.
Dios parece algo insondable para muchos de ustedes.
Muchos parecen no entender tan siquiera su concepto.
Me hacen ustedes ahora acercarme a hablar de Él.
Dios es el principio del que se derivan todas las demás cosas y conceptos. Así se dice.
Dios está presente en todo momento y en todas partes pues es Él el que rige sobre todas las cosas.
Como concepto, como idea, y como hecho.
Aunque parezca mentira y acto escabroso de aceptar, así las evidencias lo testimonian.
¿Por qué digo esto?
Porque todo acto creado se deriva de lo que representa su espíritu.
¿Y cuál es su espíritu?
El espíritu creador, sin duda.
Así está escrito y así es.
Abreviaré para invitarles directamente a reflexionar sobre un simple y cotidiano hecho.
¿Qué dirían ustedes que los creó?¿Sólo lo físico de sus padres? o ¿también el espíritu creador, es decir, esa razón amorosa primera, la cual llevó a sus padres a unirse?
Parece que ambas cosas les creó, ¿No es así? Sus padres y el amor o deseo que llevó a unir a estos.
Así se entiende, que no sólo la unión de sus padres les hizo, si no que además de ellos, un espíritu de características creativas llevó a concebirles antes que el hecho.
Es así que no procedemos sólo de lo físico, sino incluso del espíritu antes que de lo físico. Pues antes de que sus padres se unan para concebirles, necesitan de un espíritu o voluntad de características creativas que haga posible tal unión para su posterior concepción.
Así podemos entender, que el espíritu de Dios, al igual que el amor o espíritu que unió a sus padres, fue parte primera y creadora de ustedes.
Pues antes de cualquier acto es necesario una voluntad, razón o espíritu que genere ese acto.
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¿Acaso mis palabras contradicen lo que de Él se dice?
¿Por qué tan siquiera puedo hablar de Él?
¿Lo ofendo a Él?
¿Le ofendo a usted?
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Su espíritu lo está. Su esencia.
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Tiene él también un vídeo, entre otros, que se titula "The Universe in a Nutshell" y que se puede ver gratuitamente en youtube. Puede ser incluso más apropiado para este tema.
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Yo creo que muchos , entre los dos grupos, están demasiado alejados en sus concepciones del Universo, siendo en realidad, como aquí dice la noticia, que ambas cosas van unidas y se complementan.
Al igual que algunos teólogos están demasiado alejados de evidencias científicas, muchos científicos tienen prejuicios establecidos de antemano los cuales les hace negar innecesariamente, posibilidades a tener en cuenta que sólo avivarían y ayudarían en el total y global entendimiento de lo que nos rodea.
Pues ya puede decir quien sea lo que quiera, que lo espiritual y lo mundano van cogidos de la mano.
Y tal hecho no puede cambiarse, ni borrarse, ni obviarse.
Es así que muchos evitan una cosa y otros tanto otra, siendo la verdad que el hombre de ambas cosas esta hecho.
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El enigma de las vírgenes.
«Ciertamente para los justos habrá un cumplimiento de los deseos (del corazón); jardines encerrados y vides y mujeres voluptuosas de la misma edad».
"...;Jardines encerrados y vides y mujeres...". Quizás se refiera a ojos repletos con o por el arcoiris, siendo que las 72 mujeres sean precisamente esos dos arcoiris ( siete colores, dos ojos) con sus jardines encerrados y vides (Zona de colores encerrados- ¿Qué mejor contorno que lo redondo?. Vides...vid, vides o videre?). Sea como fuere, todos ellos objetos agradables y deseables al sentido de la vista.
Siendo así, parece que la felicidad del hombre recae en la recompensa de la feminidad y extrema dulzura que la mujer representa e inspira, quedando ella al entero servicio y placer de él en los jardines cerrados de sus dos ojos.
Para la mujer, sorprendentemente y contrariamente a lo que se cree primeramente al leer sin interpretar o intentar ver la buena voluntad de lo escrito, parece que el gozo y el éxtasis del paraíso consiste en ser ella misma el propio y mismísimo arcoiris en su conjunción en los ojos del hombre.
Siendo ésta, la mujer, la máxime representación de la curva. No sólo por su ser, si no además por su poder ser.
Ser casi redonda en nueve meses al dar a luz a una nueva vida, permitiendo a su vez, la "espirálica" redondez perfecta en el trascender.
Finalmente, se puede trazar así la unión lumínica o paradisíaca entre ambos dos, hombre y mujer como la conjunción perfecta y sublime del ser.
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Vírgenes, naturalmente.
¿Acaso tan siquiera viéralas antes alguien que el propio vidente?
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El ipad, la educación, los niños y los ancianos.
Alguna razón llevaba, pero bueno...
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¿Por qué no potencian primero la integración de estos utensilios con personas consideradas en la tercera edad?
Creo que existen multitud de personas en una franja de edad a la que estos instrumentos les haría mucho bien, y éstos son, precisamente la gente mayor entre nosotros.
Están necesitados de comunicación, ansiosos por potenciar sus aptitudes olvidadas de alguna forma.
Podrían a su vez servir como recordatorios para tareas cotidianas que deben realizar y olvidan. Problemas como el Alzheimer, la movilidad reducida, vídeo conferencias, asistencia personalizada, ayuda inmediata, juegos didácticos que agilicen y renueven sus deseos de vida.
Cosas tan fáciles, visuales o sonoras que hagan que ellos sepan y puedan interrelacionarse de forma agradable.
Creo que deberían intentar potenciar las necesidades de este ámbito, mucho antes que el de los niños. Los niños necesitan moverse más en mi opinión. Sería mejor educarles en la vida sana.
Por lo que se refiere a mi experiencia personal, la entrada de la llamada digitalización en las aulas, actualmente sólo hace que ralentizar el cotidiano transcurso del "aprendizaje".
Es necesario que los niños aprendan y utilicen la movilidad de sus manos. No sé si tomarían apuntes escribiendo sobre el teclado. Eso al menos les enseñaría a mecanografiar, pero creo que sería extremadamente ruidoso. ¿Una clase de treinta alumnos repiqueteando con sus trescientos dedos sobre teclados? Mmmmm, mal asunto para la concentración. No sé.
Sin embargo, en el otro lado de la cadena, como les digo, existe un inmenso potencial ámbito de adaptación de éstas nuevas tecnologías al aun todavía más sencillo, intuitivo, primario y básico funcionamiento para su integración con nuestros mayores.
Podrían comenzar creando sencillos programas para que en círculos relacionados con la rehabilitación después de accidentes, por ejemplo, u operaciones, o situaciones de senitud, estos aparatos ayuden de forma ingeniosa a integrarlos nuevamente en la sociedad.
Así comenzarían a desarrollar y estudiar la forma de hacer estos aparatos útiles para personas que realmente lo necesitan.
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Los desconocidos extraterrestres terrestres.
Gene Roddenberry opinaría sin duda lo mismo. Lástima que no dejase especificaciones de cómo llegar a la situación final para que sus aventuras tuvieran cabida.
Si preguntamos a cualquiera, seguro que nos dice conocer a alguna especie de extraterrestre con forma humana, algo así como lo que sucede en las películas de "Los hombres de negro".
Cualquier persona de la que desconozcamos sus interioridades es susceptible de parecer un extraterrestre. Así sucede.
Una vez ese desconocimiento es superado, las similaridades entre el supuesto extraterrestre y el supuesto humano, van encontrando coincidencias, llegándose a dar el caso de que al final esas coincidencias hagan incluso deducir a ambos, o que los dos son extraterrestres o que los dos son humanos.
Tal es el desconocimiento y miedo que tenemos hacia lo ajeno y diferente que llegamos a pensar que nada existe como nosotros y que todo lo que nos circunda es igualmente ajeno y diferente a nosotros. Así nos enseña la sociedad. Nos hace ser desconfiados y así vivimos.
Cuando estas barreras ideológicas y preestablecidas de antemano aunque sea por simple cautela, son superadas, comienza la interrelación entre ambos sujetos, creando una relación que con el tiempo se convierte en un nexo de unión tan fuerte que las características diferenciadas de ambos sujetos son absorbidas y copiadas de algún modo por cada uno de ellos, llegando hasta el punto de crear frases tan explicativas de tales circunstancias como el "Dime con quien andas y te diré como eres".
Es decir, llegado el momento, la relación entre sujetos diferentes se convierte en un nexo que hace que las características diferenciadas de cada uno ellos sea absorbida por el contrario, creando entre ellos puntos comunes de comportamiento.
Así se crean las amistades, las relaciones y las sociedades.
Volviendo a la cuestión que se plantea, si estamos preparados para un posible encuentro entre humanos y extraterrestres, sinceramente yo también creo que no. Aunque los humanos, son seres altamente adaptables y también creo, que tal situación nos haría cambiar a todos de forma contundente, creando distintas y nuevas posibilidades de nuestro comportamiento y forma de pensar dando como resultado un ahora incontestable producto final.
Aún así, no es esto lo que me trae a escribir aquí hoy, si no la comparación en la que me he basado al principio de mi entrada.
Esta es: persona desconocida - extraterrestre.
Afortunadamente cualquier encuentro con vida extraterrestre parece estar a años luz del presente.
Fíjense ustedes si debería cambiar este presente. El presente de un planeta en el que la gente muere de hambre o muere asesinada. El presente de un planeta donde la incomprensión y todo tipo de perversiones por desconocimiento de lo ajeno nos hace levantar vallas y barreras y a fabricar armas y venenos y todo tipo de no sólo realidades si no además imaginativos entretenimientos simulando la destrucción.
Así pues, de nuevo ante la cuestión. ¿Cómo vamos a pensar en relacionarnos con alguien de fuera de nuestro planeta si no sabemos relacionarnos entre nosotros de forma afable?
Y, llegado el caso como se plantea de que encontráramos simplemente un primitivo indicio de vida, ¿Díganme ustedes que harían los encargados de tal búsqueda?
¿Quizás matarla amputándola, arrancándola de su entorno para así poder estudiarla?
Seguramente actuaríamos de tal modo, ¿No es así?
¿Posaríamos nuestra super nave espacial con sus cohetes propulsores destrozando el jardín del entorno de ese indicio de vida?
Quizás haríamos tal cosa. Tan brutos somos con nuestras formas.
Por suerte, la naturaleza, el universo o Dios, quiso que estuviéramos sobre este farolillo espacial de color azul y que todo lo que tenemos a nuestro alrededor parezca reposar sin vida conocida.
Quizás lo hizo para que no podamos agigantar y extender más allá de nuestro planeta la falta de comprensión y cuidado a lo desconocido y diferente.
Lástima que las artes y las ciencias no incluyan una disciplina singularizada para la concordia humana. La religión debería tener ese papel en nuestra sociedad, pero ya ven que hasta con eso nos cuesta entendernos.
Arreglemos esto primero. Parece incluso más difícil arreglar nuestro planeta que viajar a años luz de aquí.
Ese sí es un reto, ¿No les parece?
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