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jueves, 20 de marzo de 2014

La infelicidad del ser humano. Razones de peso.






Miren, las cosas, las cosas, todas ellas, pueden verse de forma diferente. Hay formas sencillas de ver las cosas y otras muy complicadas.


Nosotros, todos nosotros, tenemos un mundo dentro. Cada uno de nosotros lleva dentro un mar de experiencias y sentires. De ideas y vivencias. Cada uno de nosotros ve las cosas según su sentir. Pero todos, todos nosotros, en el fondo, muy en el fondo, si miramos las cosas de forma sencilla, sólo tenemos unos recuerdos, unas aspiraciones y un presente. Podemos simplificarlo más y decir que simplemente, cada uno de nosotros tiene un pasado, un presente y un futuro. Todos nosotros. En realidad todos nosotros solo tenemos, podríamos decir, un momento de tiempo. Tenemos un momento de tiempo con aspecto humano. Así parece ser la vida. Durante ese momento, nuestro cuerpo entero se transforma, nuestras capacidades se transforman y nosotros podemos ayudar en esas transformaciones, mejorarlas, potenciarlas. Nosotros, nuestra voluntad. Así, parece ser que somos seres que se adaptan durante ese momento de vida para poder desarrollar de la mejor forma posible nuestras capacidades.


Acto de constricción. Pupila negra del alma.



Aún así en todo momento nosotros tenemos consciencia del presente, excepto en nuestro descansar.
Pero cada mañana, cuando nos levantamos por la mañana y nos ponemos erguidos sobre el suelo. El resultado, ¿Cuál es? Pues es el siguiente. Cada uno de nosotros tiene un planeta entero bajo sus pies.
 Eso es así. Cada uno de nosotros está en la cima de su planeta. Y ese planeta, nos une a todos.
Ese entero planeta que todos compartimos es nuestro nexo de unión.



Parece ser que hemos nacido gracias a él. Nos da aire que respiramos y necesitamos, agua que bebemos y calma nuestra sed y comida. Nos da satisfacciones y a veces algún que otro disgusto. Y nosotros, ¿Qué hacemos? Qué hacemos hacia él, por él, me refiero, evidentemente.  El planeta que nos da comida, aire, agua, cobijo, nos deja vivir sobre él, mirar todo y ¿nosotros?



Acto de constricción. Pupila negra del alma.



Cada uno de nosotros tiene unas peculiaridades muy interesantes. Cada uno de nosotros genera toneladas de desechos y residuos naturales, biológicos, durante su vida. Me refiero a lo que nuestro cuerpo desecha, de forma natural, exclusivamente. Nuestros propios residuos. Lo que en ese ciclo de vida, durante nuestra vida, nuestro cuerpo filtra, selecciona y se deja porque no utiliza para evolucionar. Toneladas. La naturaleza parece tener solucionado eso de forma muy productiva. Con el tiempo suficiente es capaz de transformarlo y convertirlo en suelo que pisamos entre otras cosas. Pero bueno, todo eso se transforma muchas veces y algunos compuestos de esos vuelven al aire, otros quedan solidificados y otros son filtrados o vaporizados o permanecen como líquido. Eso parece ser así. Parece ser una evidencia constatada. A todo esto podemos sumar el peso de nuestro propio cuerpo cuando fallece. Algunos kilos más. Y si sumáramos también los desechos de todo ser vivo sobre la tierra el resultado puede ser interesante. Si tenemos en cuenta los datos de todo ser vivo desde que apareció el primer ser vivo, entonces las cosas podrían tomar dimensiones bastante notables.


Los datos, cualquier dato, siempre es muy mareante en todos los sentidos. Casi se podría decir que te puedes perder en ellos.



¿Qué quiero decir con esto? pues que toda la idea de tener un planeta bajo sus pies, puede transformarse rápidamente.






Y nosotros sabemos que eso es así:








No, Si ya les digo que es un poco ilógico que se represente lo que surge surgiendo hacia abajo, pero bueno, eso parece ser que es lo que algunos quieren enseñar. Conceptos erróneos. A sabiendas.



Acto de constricción. Pupila negra del alma.





De cualquier forma, lo que parece ser una evidencia es que el planeta da y toma. Y nosotros también damos y tomamos en muchos sentidos.




¿Pueden darse cuenta además que nuestro corazón parece también inclinado? Parece tener algún tipo de relación al menos en posición. ¿Es eso importante? Pues la verdad es que no lo sé, pero parece realmente significativa esa coincidencia de sistemas. Ambos trabajan muy similarmente. Procesos en los que se toman sustancias, se distribuyen se transforman unas y otras vuelven. Un dar y tomar. Todo y cada cosa dentro de un proceso más grande o más pequeño. ¿Es esto todo producto de mi imaginación o realmente todas estas coincidencias al en observando mi circundante veo?

Pues parece ser que las cosas son como las veo. Pues intento ser verdadero. 

Tantas cosas veo. Tantas.


Vanidad de vanidades. Todo es vanidad.



Lo único cierto en todo esto es nuestro yo y nuestro propio ser. Todo lo demás es un aprender. O así parece. Un mirar, un percibir, un sentir... La única verdad es un sentimiento. En un momento.



No he sabido hasta hace un momento que hoy resulta ser el día mundial de la felicidad.
Cruce de cruces y ondas. Siempre las ondas y los cruces. Todos estos estados energéticos de la materia. Toda esta sopa con formas. 


Aún nuestro continuo parpadeo, todos esas cosas siguen ahí. En todo este Dar y Tomar.






Eso parece un poco torcido. ¿No?





¿Qué es todo esto que veo?¿Todas estas cosas que veo? ¿Todas estas casualidades, coincidencias, enlaces que veo?


Voy a ver.




Voy a buscar otra vez. Busco, busco y encuentro.







¿Todas estas cosas que se parecen tanto en tantas cosas, tienen sentido?


¿Es todo esto parte de una cadena de bucles locos y perdidos por el espacio? ¿De unos rizos dorados? De una maraña interestelar de rizos dorados?
¿De un sol y una luz? ¿De un muy particular comienzo? ¿Quién giró en verdad el sentido del hombre?



¿Dónde perdió su espiritualidad? ¿Su propio ser? ¿Su propio pensar? ¿Su propio soñar? Soñar despierto.

¿En qué momento el hombre necesitó esconderse y dejar grabado en las paredes de las oscuras profundidades tales constancias?






¿Dónde se olvidó de Dar? ¿Realmente se olvidaron de dar dejando constancia de tales actos? ¿Y porqué lo hizo? ¿Porqué necesitó hacerlo? ¿Tan perdido? Tan perdido... No mares, no montañas, no soles, no frutas. En la negrura de las profundidades. ¿Qué importa, verdad?

En un planeta floreciente de vida, en los albores de su creación, con abundancia y pureza de todo el hombre se esconde en lo profundo de cuevas para dejar constancia de hazañas un tanto extrañas. 


Todo es lo mismo. No, todo no es lo mismo. Ni de una forma ni de otra.


Mensajes. Momentos. 

¿Cómo es posible que todos estos sistemas latan en sintonía aparente? ¿Cómo es posible que latan todos ellos y no estén relacionados? ¿Cómo encajas todo esto?

Cada uno ahí arriba, en su propio mar de sus propios sentires.



Cada uno sobre su propio planeta, cada uno sobre su propia estructura. Estructura física y mental.
Con todos sus recuerdos, percepciones y sentires. Cada uno con sus sombras estirables, inalcanzables.


(Mi sombra. Óleo sobre tela)

Todos unidos más o menos a otros. Cada uno en su propia estructura mental y física. Mental e espiritual. Cada uno con su propio circuito.  ¿Que hacemos por el todo?  ¿Cómo contribuimos en ese circuito? 


Acto de constricción. Pupila negra del alma.


¿Acaso existe mayor enigma? Enigma de los enigmas de los dares y tomares.

Y apenas podemos girar la cabeza un poco en todos estos andares.


Acto de constricción. Pupila negra del alma.