En los estantes del camino.

En los estantes y pasos del camino quedaban cosas colgadas. Cosas pendientes. Siempre cosas pendientes en los estantes de la mente y el camino.

En los estantes de la mente siempre había cosas pendientes.

En los viajes y los andares de la mente.
En los caminos de la mente.

Siempre esto y lo otro y lo de más allá.

Siempre habían cosas pendientes en los estantes de la mente. Siempre. Siempre había un susurro, un eco. Una voz, un sonido. Un concepto o un hecho.

Allí quedaban cosas escritas. Cosas pendientes. Ideas. Pensamientos del pasado arrastrados por la mente. Todas esas cosas pendientes. 

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El sombrero del guerrero y la elegante corbata. Ideas de chorlito para el pito.

(Siempre quedan cosas pendientes. Aquella era una de ellas. Las que consideré como ideas de chorlito para el pito. ¿En estos momentos? En estos momentos la gota rebosa del arrastrar cosas pendientes. Cosas que están en los estantes del tiempo.

Aquella era una idea que arrastraba desde hacía tiempo.
La del sombrero del guerrero.
El tulipán de lujo.
La copa que rebosa.
La caricia del tacto.
El tiempo.
El gorrito de calor.
El tulipán bufanda.
El caperuzón rosa.
La larga toalla.
El albornoz del cariño.

Aquella idea siempre respingaba por mi mente. Oh, tú mente que anda. ¡Anda! Esto son ideas. Ideas de chorlito. 

Precisamente.

¿Dónde? ¿Dónde?

¿Dónde estaba el precisamente? ¿Dónde?

¿Donde estaba el precisamente? ¿Locura infinita de mente? ¿Dónde?

¿Cuál el momento?¿Cuál la verdad?

¿Cuál verdad infinita?¿Cuál momento?

¿Qué verdad?

Allí quedó la verdad ...

La verdad quedó escrita en los estantes de la mente y del papel. A boli caricia. La otra. No esta cercana. Esta cercana a la luz queda.

De que cualquier forma, allí estaban algunas.
Pendientes.)



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Pero habían cosas que se adelantaban a otras y se amontonaban y no dejaban ver aquellas cosas pendientes.
Aquellos globitos...