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domingo, 18 de octubre de 2015

En el sumando y al margen de los hechos hechos.






Cuando comencé a dibujar y a pintar todas esas figuras sin rostro tuve que ir de allí a aquí, en el entreacto.
En aquí encontré, en mis paseos, a quien intentó hacer cosa parecida a lo que pensaba que yo hacía.
Para fastidiar o qué se yo.
Pero nada tenía que ver lo que yo hacía con lo que querían hacer.
Solo querían aprovecharse o no sé yo.
Y así vi figuras parecidas a las mías pero que poco tenían que ver con ellas.
Creo recordar que era mujer quien las hacía y allí estaban expuestas.
¿Qué intenta? - pensé-, si tan siquiera se acerca.

Desde entonces y hasta ahora he ido viendo cosas.
Y oyendo.
Y sintiendo.
Pretensiones que pretenden no sé sabe muy bien qué.
Hechos sobre los hechos hechos con intenciones no se sabe cuales.


Y aunque la cosa no comienza ahí, ni mucho menos, pues otras cosas ocurrieron desde que los considerados muy inteligentes tuvieron a bien o a mal ponerse a plañir el arpa, aquí explicaré algunas cosas de las cosas e ideas de las que en este blog se hablan.




Surgieron todos los trajes en el buscando.
 Los que pueblan todo este blog, e incluso siendo algunos anteriores a este blog.
Y a raíz de estos surgieron otros.
Y como por arte de magia los otros fueron expuestos, cortados, cosidos y ceñidos a cuerpos.
Sin prestar atención al hecho hecho de los hechos hechos.

La de los verdaderos hechos.





¿Dónde vieron cosa parecida a esto antes si no aquí y no allá?









¿Dónde luego vieron estas cosas antes, si no aquí para hacerlas allí?

Fueron muchos otros como dije ya tiempo atrás en una entrada de éste blog los que sumaron a las formas de los hechos hechos.
Sin tener en cuenta el hecho ni los hechos.
De las ideas del brotar.
O sí.

Se inspiraron en las transparencias y en las capas, en las formas de las telas. En las ropas que cubrían las caderas y los pechos.
Me pusieron a prueba.


Hicieron hasta un "vestido musical".
Unos y otros picotearon y algunos lo dejaron ante el "Dress your mind".


Ya no podían más después de dialogar con los dibujos.



"Las casas contenedor" sirvieron para otras cosas y casas y para otros hechos en lugar de servir para quienes estaban hechas.


Hicieron bicicletas con diseños surgidos también después de la "Coil Wheel Power bicycle"





Y otros.

E hicieron la bicicleta con la rueda bobina.






 La semejante rueda eléctrica.


Parece que mi "trasporte aéreo"



pasó a ser el hiperloop.





Y otra vez el primer hecho se convirtió en otro hecho.
De las ideas.


"The cooking code" parece que es ahora la "CucinaBarilla".





Con la "unidad de trasporte público adaptativo" y los "bordillos interactivos" se pusieron a hacer y planear otras cosas, o las mismas. ¿Quién sabe?






Y "la Esfera I.F."  se convirtió simplemente en una ley para proteger a las grandes compañías eléctricas. Faroleros que apagaban o encendían las farolas.



Así como cosas referentes a la formación de los cráteres de la Luna y su asimétrica distribución entre la cara visible y la no visible desde la Tierra, que luego aparecieron en forma de teoría dictada por científicos ante las evidencias escritas en "Las dos piedras tiradas en un estanque" que expuse en otro sitio antes que aquí.



En el sumando de los hechos hechos. 
De lo que veía o recordaba.
En el sumando de las esparcidas ideas.




Otras cosas pasaban en el mundo, sobre el mundo.
Las gentes se movían.
Mira tú.
No dejábamos de movernos.
Andábamos miles de kilómetros, si hacía falta, sobre nuestras llagas.





Y qué más da oiga.
Una "o" o una "a".
Allí seguían las armas y las diarias muertes.



Todos los días.


Todos allí en el árbol.





Pero todo esto, no era más que una leve muestra de lo que mi vida había sido desde que fui hundido a vivir en el pozo.



Por aquellos que tocaban el arpa, el gran arpa, y me dejaron allí en el pozo.

Entre el crujir y el chirriar de dientes.


Durante más de la mitad de mi vida.







¿Hacen esto para fastidiar?
¿Para fastidiar hacen esto?

¿Para herir el alma?
¿Y agriarla?




¿Para qué hacen esto?
¿Por qué han hecho esto?



Mayor juicio.












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Preocupados por sus cositas han vuelto a cerrar las puertas y levantan más vallas y verjas.



Y aquí se preguntan por el Quijote de los videojuegos. 
El Quijote ya vino y pasó.
El Quijote está aquí, en lo poco y lo mucho.

En forma de loco cabalgar de corazón desbocado o entumecido por tanto dolor del mirar y no ver la verdad.


También leo hoy sobre un sistema al que denominan FADs para la pesca y que consiste en algo parecido a lo que recientemente ideaba en la entrada "granjas marinas con esferas I.F." y que nada o mas bien poco tenía que ver con la idea expuesta.
Mis FADs como ustedes las llaman, son para alimentar.
Para alimentar a quien nos alimenta, señores.
Para que tengan lugares que potencien su reproducción y no tanto plástico y mierda humana flotando.


Todo seguía siendo un devorar cual diplodocus de boca pequeña y barriga bien llena.

Solo buscaban el provecho de lo hecho, su bienestar en el engordar.
Y comer y comer hasta explotar.
Se vestían, se acicalaban, se perfumaban y por dentro sus tripas hinchaban.
Devorando.


Como plaga de langostas.

Sus casas.
Sus verdaderas casas.

Tenderete de falsedades.
Decorado de cartón piedra.
En la viga de mi casa.


Mientras, en las ondas, las palabras dichas sonaban.
En las ondas con pantalla y sin pantalla hablaban las voces de los precoces.
Sabiendo en el silencio.
Hablaban en silencio.

Los unos y los otros. 
Algunos.

Luego, luego...



Pero yo que sé sobre todo esto.
Nada sé o poco o nada.
Todos hablábamos como locos.
Nada sé.
Todo lo sé.



Quería ya dejar de escribir.
Quería dejar ya aquellos diálogos.
Bastante había ya para la historia.


Para la historia de un abraza-farolas que lo único que quería era abrazar la luz.
La verdadera Luz.




Yo hice esto para ustedes.
Para Todos ustedes.
¿Saben?


Pero el mundo seguía boca abajo.





No me extraña que estuviéramos todos un poco mal de la cabeza.









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Mientras tanto o entre tanto, como las doctas lenguas decían, en el silencio aparente de mi mente otras cosas sonorizaban su interior. 

Desde hacía ya días o semanas o meses o años, ya no sé, el sonoro silencio iba incrementándose y cambiando como si un suave rumor fuera convirtiéndose en temblor y luego en retumbar de timbal o en sonido de enorme tambor.

Y así, digo, un concepto se iba apoderando de los internos espacios del inconcebible tamaño del pensar humano. De mi pensar o sentir o necesitar.

Era solamente una palabra. Una palabra plural y de tamaño descomunal. Una sola palabra intensificaba su poder día tras día. En silencio atronador. Allí dentro.

¡Quiero salir! - decía.
¿Ya es tu momento? - preguntaba yo.

Y en esas estábamos o andábamos en el silencio del no interno silencio.