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jueves, 10 de julio de 2014

Boceto hombre 01. Buscando en el haciendo. (Bloque 08)


Aquí estoy todavía.
Intentando ajustarme el cinturón.
Fascinado por la planta y la semilla y el ombligo.
Y la vida.


Intentando no perder el concepto de realidad real. 


Seguiré formando al hombre. 


Pero no quiero perder ese concepto.


Ese ego. Ese corazón. Esa flor. Esos labios. Ese soplar hacia arriba.
Y las formas que acompañan al remolino de viento.


Sobre el remolino de viento.


La historia de dos ojos.
En el remolino de viento.


Desde la semilla se extendían las huellas.


Tenía que probar otras cosas.
Volver a mirar.


Ver allí entonces otras formas.
Otras plantas. 
Necesité combinar realidad y fantasía. 
Variar los colores de un estado a otro.
Superponer realidades.
Buscar sobre el mapa. 
Mirar allí en las sombras.
En las formas. En los huesos.
El ojo y la pestaña.


De esa primera onda.

Boceto hombre 01. De cómo se puso el gato al ver aquello. (Bloque 07)



Vestilo. Cubrilo.

¡Uy! ¡Cómo se puso el gato!
El gato en verdad mostró su disgusto.
¿Acaso pretendes dibujar al hombre vistiéndolo?
¡Fuuuu!¡Fuuuu!
Parecía decir.


Deja que el hombre se vista con sus formas.


Guarda memoria de todo y sigue.


De la huella. De las proporciones.
De las distancias.
De las distintas partes en distintos momentos.


De todo el agua recorriendo el cuerpo de ese ser.
Saliendo de su frente.
De sus brazos.
De su pecho.


Allí esta también la boca de perfil.
Los labios. 
Sobre su corazón.
Con el ego hinchado como los redondos carrillos en un soplido.
De pequeños labios soplando hacia arriba. Sangre.
Mejunje. 
Aire, soplido y nube.
Luz en la nube blanca.
Sobre el rosa de las mejillas.


Así era el hombre en todo ese caminar y recordar.


Pupila negra del alma.


¿Dónde estás? 
¿Donde estas en todos estos andares?


En esta locura de soles y lunas.
De galaxias espirales.


De luces y sombras. Y arcos y ondas.
Ondas profundas de toda la planta.
La planta, la huella y su semilla.

Boceto hombre 01. La planta de vida encima del ombligo. (Bloque 06)



Allí estaba. 
Aquel enorme ego masculino surgiendo en todo su estómago.
Enorme. Masculino. Sobresaliente.
Exultante.


Aquel ser de dos energías.


Todos los reflejos en las zonas. Los brillos.
Aquellos dos músculos que movían su cabeza.
Separándose desde un punto.
Desde un arco.
Como flecha disparada por la flor.
Por la semilla.


¿Qué pasaba en el otro lado? ¿En ese otro lado?


¡Oh!


La luz. El rayo.


De aquel ser de barro.
Como de barro.


La semilla. Toda la espiral de la vida.
El tallo y la flor.
Los pétalos, los arcos. las hojas.


Allí estaría más o menos la hierba.
Cerca del ombligo.
En todo ese crecer.


De todo ese caer y formar.
Con el sol sobre sus hombros.
Sobre sus huesos.
La boca de gato como abierta.
En sus bigotes. 
En sus costillas.


Un cinto en su cintura.
En sus partes más blandas.
La hierba en el remolino de la vida.


Boceto hombre 01. La semilla. La flor. El corazón. El tronco. Las plantas y ramas. Sus brancas. (Boque 05)





Intenté torcerlo esconderlo, camuflarlo.


Suavizarlo.


Enderezarlo.
Y otra vez el click.
El de la planta. El de la semilla.
El de la flor. El del tronco y la rama.
Por encima del ombligo.
Saltándose el ombligo.


La flor de la vida.


La semilla.


En la planta.
En las plantas.
En las huellas.


No pude evitar dibujar su pecho y ver como dos ojos.
Boquiabiertos.
Mirando la flor.


Como el reflejo de aquello.


Allí donde está el corazón.


De nuevo surgió.
Enorme.


La planta. La flor. Sus arcos.
Sus formas. 
Desde la semilla hasta el corazón surgía una planta.
Y como dos ojos que veían eso. En su pecho.
Bajo el sol y su arco.

Boceto hombre 01. De la historia del hombre, el super pepino y otras sorprendentes cosas. (Bloque 04)



Carne como la tierra. 
Ser de barro.
De tierra y agua.


Ahí, con sus ondas y sus reflejos haciendo formas.


Formas en las sombras.


Las tierras, sus brillos, sus carnes, sus sombras.
Sus zonas.


Las sombras en las zonas.


Los colores en las zonas.


Las formas.
Las siluetas.


El click de las formas.


El click de los veres.


Dense cuenta vuesas mercedes que en mientras los haceres de estos menesteres sucedió algo nuevamente sorprendente. Incluso doblemente, podría decirse. Pues que en uno de estos caminares de los días que el Sol nos alumbra, que en los paseares e inevitables sentires y pensares oí conversación sorprendente, como les digo, bajo la luz del sol.
En esas que por las formas de los percibires, podríamos decir que un grupo de tres jóvenes caminaban detrás de mí, que en esas, el más pequeño en estatura de entre ellos comentaba de forma agitada y como sorprendido tales palabras que aquí escribo o algo muy parecido pues no quiero agraviar a vuestras mercedes haciendo creer que el mensaje es exacto pues sabiendo que no lo es, pretenda pasar por verdadero y fidedigno, pues cabe explicar que se pueden cambiar las verdades de las verdades pensando que no se hace y así se hace. Por lo tanto corroboro antes de así decirlo como verdad que tales palabras no fueron exactas pues la memoria me confunde y el tiempo me transforma, es así que creo recordar que algo así como tal que esto dijo: "¿Habéis visto ese tio con esa polla enorme en internet?"

Podéis imaginar que al oír semejante o parecida frase en tono y de procedencia digamos juvenil, despertóme el asombro del cómo podía ser posible que los tres jóvenes que tenía detrás de mi supieran sobre la existencia del superpene erguido que aparecía entre las formas de las sombras del boceto de mi dibujo.

Así con ese pesar sobre mi, además de todo lo presente, mi ser siguió haciendo.

Debo decir que en la presente creo tener certeza del comentario de aquel joven pues en algún sorprendente video un grupo de jóvenes danzan con unos pantalones con una especie de superpepino de espuma que surge como de entre sus piernas.
Sorprendente.
Ciertamente.



Y así seguí haciendo. Aquella sombra. Aquella forma.
Aquella luz. Apuntando al corazón.