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sábado, 7 de junio de 2014

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El traje pareció emitir alguna señal. O quizás yo esperaba que emitiera alguna señal. Se había quedado sin argumentos de funcionamiento. O quizás con todos. Parecía como verde, todavía ensombrecido, como por la planta.






Caótico.











La semilla me hizo ser más osado o no sé. La inercia.
Los círculos concéntricos, los pezones, como guisantes. Se tornaron o se cruzaron con una vieja ley de guisantes. De cuatro guisantes. Uno amarillo y los otros verdes. O algo así.


Pues sí. ¿Por qué no decirlo? Aquella verdad había trastocado todos los cimientos del conocimiento mostrado por los supuestos conocedores de mi proceder. Todas las historias se habían entremezclado dejándose ver sin ningún tipo de pudor. ¡Así, de sopetón! ¡Ala! ¡Venga! ¡Tirando la casa por la ventana!
¡Pumba! ¡Timón y pumba! ¡¡Pero nada de párrafos!!

*suspiro*


¿Para que más?

...


Parecía que muchos querían ver escupir fuego a los dragones. Tan sedientos de fuego y de luz parecían.
¡Ah! ¡Si! ¡Que los dragones vuelen por el cielo y escupan fuego y los quemen a todos! Parecían decir.

Todos allí. Como enloquecidos. Siendo testigo de todo eso. Y yo también. Allí. Viéndolo.
Y le pedían sin cesar. Sí, sigue escribiendo. Muéstranos a los dragones, escupiendo fuego. Y muéstranos a los hombres de hielo. A los muertos. A los muertos vivos.

Todos allí enloquecidos en aquella corriente sin sentido aparente.

Tengan sus muertos. Su pan nuestro de cada día.

En verdad la gente parecía como sedienta de fuego. De venganza. Querían ver caer luz y fuego del cielo.
Quizás querían ver luz que iluminase a sus espíritus desde el cielo. Enmohecidos por el tiempo.
Todo era dinero y oro y respirar dióxido de carbono. ¡No se olviden de respirar la dosis diaria de nuestra fantástica gasolina! No se preocupen. Eso es sano. No pasa nada. Ustedes son seres excepcionales, sólo si respiran nuestra dosis diaria de contaminante. No tomen nada más que nuestro contaminante. Es legal. ¡No se preocupen! Vean sus muertes de cada día.
Gozen de su suerte. Coman, pero págenos nuestra dosis diaria de contaminante legal.
Ustedes pueden respirar todo el día eso e irse a descansar a sus casas o lo que sea que tengan.
Descansen y reposen con su familia entre nuestro contaminante legal. Disfruten de su aroma y de su manera de cambiarles en su forma de pensar. Disfruten pero págenos. Es contaminante legal. No pasa nada. Todo eso es correcto.
Nosotros lo hemos hecho correcto. Todos nosotros.
¡Respire legalmente! Parecían decir.
Nosotros gozaremos por ustedes y gracias a ustedes.
Todo esto legalmente. Nosotros escribimos todas las leyes.
No se preocupen. Sigan pagándonos.
Háganlo todo legalmente, nosotros hacemos la ley.
Lo hacemos entre todos.

El mundo esclavizado en su propio deseo.


...



Lo que nunca antes se había visto. Allí se veía. A través de la luz se veía.
Y el traje cambiando.
En realidad, desapareciendo.

Mostrando el verdadero traje.
Un traje de ciencia.
Desnudo. Cual paciente. Como en la morgue. Mostrado. Todo el tubo. Todo el conducto. Toda la simiente. Allí postrado.
No este, el otro.



El traje de los ojos. El traje de verdad.


El de los pies sucios.


Aunque se cubran y escondan. Los pies estaban sucios por el caminar del camino.
Por el pisar y pasar y no ver nada. Solo andar sobre lo aparentemente sucio.




Y todo aquel pozo, rojo y negro.
De escalofrío, de vértigo.

Al poco apareció algo. Después de aquel pozo rojo y negro apareció algo. También a través de la luz.
Una película. Two much. Y tanto que aquello era too much. Era demasiado.

Todo aquello me turbó mucho. Tanto he luchado por arreglar eso. Tanto. Por aquel pozo o quizás gracias a él. Allí había más gente tocando el arpa con intenciones ... por lo menos... extrañas.
Tú siéntate aquí tranquilo que te vamos a mostrar un teatrillo.
Tranquilo. Estás drogado y todo lo que ves es producto de tu imaginación. Pobrecito ser contaminado con nuestra dosis diaria de contaminante legal.

Una bomba en un atolón. Ese día solté un patadón.

El orden se entremezcla. Pero el orden había sido el que había sido. Y otras cosas. Y otras muchas cosas.
Claro.

Un nacer y dejarse llevar en una enorme y contradictoria corriente. Mirando hacia todas partes como con ojos de rayos láser. Ojos en el tiempo. Durante toda la vida consciente. En esos momentos en los que eres consciente de la vida. Girando, arrastrado a toda velocidad por la ferocidad de la corriente, intercambiando datos en todo el remolino. Girando y girando contactando con las manos, con los ojos, con sus pesares y alegrías. Con otros seres que también giran incesantes en sus remolinos. También arrastrados por toda la inmensa corriente. Todos desconcertados.
Ey! Allí! Ey! Aquí!
Con todo el torbellino y el rumor de agua, las salpicaduras y la propia humedad y sentimiento de todo ello.
Allí en todo el torbellino de agua. En toda aquella gigantesca masa de agua. Entre ella.

Entre los sentimientos de toda esa corriente.


Todo era realmente un poco como triste. Tantos caminos... o ¿Ese era el único camino? ¿A qué se había dedicado el ser humano?
Era como increíble. Pasaba el tiempo y el ser humano seguía igual. No conseguían solucionar nada. Todo eran remilgos dentro de la misma rutina. Todos parecían estar satisfechos en el engaño. En la mentira.

Se dejaban llevar por la tendencia social. Creían que luchaban por cosas importantes. Se desgañitaban gritando delante de sus gobernantes. Aún así no conseguían a penas nada. Sigue pagando. Se un buen ciudadano. Nosotros te damos nuestra dosis diaria de contaminación legal. Esa era la vida del hombre.
Perdido. Y todos allí. Como corderos. Beeeee, beeeeee. Así se veía al hombre.


Aniversario de la plaza de Tian'anmen o plaza de la Puerta de la Paz Celestial. Muere el llamado padrino del éxtasis y otras drogas. Una mujer se postra y enseña su sexo ante el cuadro "El origen del mundo" en el museo Orsay y es aplaudida por los visitantes. Aniversario del desembarco de Normandía. Sor Cristina gana la voz en Italia bajo el lema si tengo un don, lo dono. P.E. Entre lo escrito y lo publicado, los actores protagonistas de la pelicula Two much se separan.

Pero tantas cosas pasaban en tantas partes, sitios, zonas, puntos, giros de toda esa inmensa corriente. Tantas y tantas cosas.
En todas partes.


De todas esas mujeres y hombres.


Mujeres y hombres desnudos en sus esencias.


Seres de agua. 
Y aire. 


Tinaja de zumos.
Y cuatro cositas más.