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miércoles, 25 de marzo de 2015

Para el mejor buen gobierno y sobre el mejor derecho a voto. El cuarto poder.






(Después de la última entrada, la burbuja número 20, seguí escribiendo. Al día siguiente escribí sobre ésto que a continuación relato. Durante los siguientes días seguí pensando sobre ello e intenté mejorar en la medida que pude aquella idea agregando más bases o intentando pulir el cómo).



En vista y conciencia que los gobiernos de los pueblos y la política forma parte sustancial e importante en nuestras vidas y destino, me veo en la libre disposición de proponer una mejor forma para que esto tenga menester.
Es así que escribo para su conocimiento sobre esto.






Para el mejor buen gobierno y sobre el mejor derecho a voto.





La democracia se concibe como la actual mejor forma de gobierno. El sufragio universal aportó un gran avance para la elección de gobierno de las democracias y se supone que es la más adecuada forma de voto pues el último poder y palabra se supone recaer sobre el pueblo. Aún así me pregunto si no es necesario seguir avanzando en la búsqueda de la consecución de la mejor forma de gobierno y la mejor forma de voto.
Es así que lanzo la siguiente idea:



Imaginen el siguiente escenario.


50 personas deben escoger entre ellos a alguien que los lleve en un autobús desde el punto A al punto B donde se producirá la siguiente parada para escoger de nuevo un conductor.
Entre las 50 personas surgen 5 candidatos dispuestos a dirigir el autobús. Algunos de ellos han conducido ya en alguna ocasión entre otros trayectos y otros no.
Las personas que eligen al conductor, pongamos que son 30 según la actual forma de voto, no sólo deberían demostrar que son adultos capacitados y con raciocinio suficiente para tener una valoración responsable sobre quién les conduce, sino que a su vez deberían demostrar que saben algo valorable para el propósito de su voto acerca de los 5 conductores candidatos.
Es posible que entre los 5 candidatos haya conductores que choquen muy a menudo o cometan infracciones o incluso no tengan tan siquiera carnet de conducir o propongan rutas apropiadas o inapropiadas entre el punto A y B.
También es posible que entre los 30 votantes varios de ellos hayan estado durmiendo o dedicados a otros menesteres en el anterior trayecto, otros hayan dejado de viajar en ese continuado trayecto y otros comiencen su periplo viajero y no tengan así certera conciencia de la capacidad de cada uno de los 5 conductores propuestos y del trayecto a realizar.


Es así que sería prudente, que todos los que eligen al conductor que les va a transportar entre A y B demostraran, además de su sobrevenida capacidad de raciocinio (el actual derecho a voto situado en un supuesto punto como es la edad del votante), conocimientos mínimos y valorables sobre las particulares capacidades de los 5 candidatos así como la experiencia y logros de éstos en anteriores trayectos si es que la tuvieran y particularidades sobre los trayectos que cada uno de ellos propone.

Esta sería una forma de asegurar que todos los votantes, finalmente 20, tienen verdadera capacidad, voluntad y conciencia para elegir al conductor de entre los 5 candidatos que conducirá a los 50 entre A y B y que ésta sería la mejor opción para todos ellos.


Nadie debería sentirse discriminado por esta nueva forma de derecho a voto, pues los 30 posibles votantes actuales podrían ejercer igualmente su derecho a voto, dándose incluso el caso que esta cifra aumentara pues podría ser que un mayor número de gente demostrara su capacidad y raciocinio para el voto, pero deberían demostrar, además y de alguna forma, que saben y conocen en verdad las cualidades y propuestas de cada candidato conductor por y para mejor beneficio de los 50.


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Por todo ésto:

Motivos, finalidad y beneficios de la propuesta.


El primer y mayor motivo para presentar esta propuesta es el de asegurar, mejor si cabe, la elección de un buen gobierno para beneficio de todos así como mejorar y asegurar que quienes votan lo hacen en conciencia.

Estamos acostumbrados a ver en distintas partes del mundo, desde que la democracia se ha ido instaurando, que se eligen gobiernos con motivos muy dispares y que la población, en su ánimo de encontrar las mejores soluciones a sus problemas no hace otra cosa sino dar bandazos muchas veces entre las distintas propuestas que se le presentan, sin además tener una buena forma de control sobre lo elegido.
Siempre he considerado curioso y altamente llamativa la forma de gobierno, puesto que a fin de cuentas considero que los que gobiernan, no hacen otra mayor cosa sino la de destinar el dinero que recaudan para uno u otro menester. Es así que siempre aparece el dinero como último requisito o circunstancia en los gobiernos para tomar decisiones hacia uno u otro lado en sus propuestas. Siendo como dicen las matemáticas la ciencia que rige los números y éstos la forma o lenguaje con la que se maneja el dinero, resulta como digo, altamente curioso el no saber encontrar la fórmula de hacer cuadrar los números por parte de los gobiernos para así poder beneficiar de la mejor forma posible a los ciudadanos según las necesidades de todos estos. Puesto que se trata de cuadrarlos estos deberían ser exactos. Es así que de las cuentas deberían encargarse siempre personas ajenas a los gobiernos e ideologías, auditadas de forma externa, variada y continuada por cualquier gobierno u órgano de poder, dejando sólo el derecho de qué hacer con el dinero resultante a los gobiernos, para gastarlo o emplearlo según las propuestas de cada uno de ellos.

Unos dicen que reparten, los otros que recaudan, unos dicen que gastan en bienestar, los otros en el pueblo. Todo parece extraño pues la intención de un gobierno, debería ser la del buen gobierno de todos, no otra.

Aún así, algunos pueden considerar, el pueblo que vota en este caso, que el mejor recorrido para conducir el autobús desde el punto A al B no es el más corto y más económico, sino que debería ser el más bello y festivo, o el más largo y lento en ese momento pues así lo requiere la población o los transportados si seguimos el ejemplo del trayecto, siendo ése el fin del voto.

En cualquiera de las opciones elegidas finalmente, se debería considerar que los electores de los distintos trayectos supieran y diesen buena cuenta que saben y conocen qué trayectos y qué cualidades o capacidades tienen y proponen los distintos conductores que se prestan a tal efecto para así, de esta forma, el resto del pueblo sepa, los que no votan, que las personas que eligen eligen bien y en el mejor provecho de todo el pueblo y que los dirigentes o conductores lo hacen en función de sus propuestas y no del manoseo del dinero, porque el manejo del dinero siempre estaría manipulado y auditado por los mejores para ello.

El conductor sólo conduce y no cobra, ni se entretiene, ni es tentado por el dinero.

Si el caso no fuera el esperado, el buen destino y buen trayecto para el pueblo, podrían pedirse explicaciones en primera instancia a los candidatos a dirigir el trayecto, ya sea por variar el trayecto en mitad del recorrido, no efectuar los descansos necesarios o cualquiera que fuese el caso acontecido sobre lo propuesto puesto que la verdadera gestión del dinero no dependería de ellos.
En segunda instancia, los electores, sabiendo lo que eligieron en conciencia para mayor beneficio de todos, podrían y deberían ser vigilantes de los dirigentes o conductores y si la elección ha sido un fracaso por culpa de éstos, los que no han votado podrían de forma incentivada en verdad, tomar la decisión de hacerlo la próxima vez conociendo en mayor grado si fuese necesario cuales son las verdaderas ofertas y capacidades de los distintos dirigentes.
Siendo que el dinero de todos seguiría un trayecto ajeno a todo ésto, a buen recaudo y en buenas manos.
Así se eliminarían las ofertas imposibles por parte de los dirigentes o el pensar, que los que votan, lo hacen sin desconocimiento de las distintas ofertas o en beneficio propio y sesgado y no para el común de todo el pueblo.
Igualmente se eliminaría el desconocimiento de las distintas verdaderas ofertas pues todo votante daría buena cuenta que conoce, a grandes rasgos, las ofertas de todos los candidatos.


Todo esto, como ven, es una forma de control mayor sobre votantes y dirigentes, que no es otra forma que intentar asegurar de antemano que tanto unos como otros, es decir, todo el pueblo, elige la mejor y más apetecible o necesitada opción para todos ellos.


En vista de las distintas suertes que corren los distintos países por el mundo, esta forma de votación debería comenzar a ser seriamente considerada o implementada haciendo que la capacidad de voto recaiga verdaderamente sobre la capacidad del votante.

De igual forma que no dejamos la decisión de nuestro gobierno en manos de los que no tienen el supuesto raciocinio para el voto (mayoría de edad en la mayoría de los casos), los votantes, deberían demostrar que saben cuáles son las distintas opciones para el voto pues es sin duda comparable al supuesto raciocinio para el voto y por ende del buen gobierno.
Sinceramente, a nadie le gusta que el voto se haga con desconocimiento de la verdad sobre candidatos y trayectos o por motivos que no sean los que en verdad deberían ser.


Esto requiere un esfuerzo, por supuesto, todo avance supone un esfuerzo, pero el corte del voto ya no se dirimiría únicamente por un hecho tan subjetivo como el raciocinio en función de la edad, sino que en verdad los votantes demostrarían su conocimiento y derecho de voto, es decir, su verdadera capacidad y buena voluntad para el voto sobre las distintas opciones de gobierno.


Finalmente el dinero del pueblo, sus impuestos, serían regidos por gentes con las mejores capacidades para tal efecto teniendo controles a voluntad de los distintos poderes y teniendo en cuenta también la voluntad de los que ni dirigen ni votan. Los independientes y mejores economistas serían pues sus encargados, pues su único ánimo debe ser la de cuadrar las cuentas entre lo que reciben, tienen y dan para mejorar las condiciones del pueblo.
Los dirigentes, sólo se dedicarían a eso, a guiar al pueblo por sus respectivos y diferentes recorridos propuestos, creación de parques, creación de hospitales, carreteras, mejores playas, derecho a esto o lo otro o cualesquiera que fuesen sus ofertas sin sufrir tentaciones por el dinero.
Y los votantes, todo el pueblo, estaría en la certeza que aquellos que eligen quién conducirá al pueblo, lo hacen en conciencia y sabiendo sobre qué y quienes eligen.



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El cuarto poder.



Tenemos actualmente una forma de estado dependiente de tres poderes al que debería sumarse un cuarto poder haciendo que los primeros se acomodaran y dependieran así los unos de los otros para el mejor gobierno.
Así propongo:


Poder legislativo: Este es el poder que hace las leyes y depende del senado y de los diputados.
Poder ejecutivo: Este es el poder que hace cumplir las leyes y recae en el gobierno elegido por el pueblo para encargarse de gobernar sobre el día a día durante su legislación.
Poder judicial: Este es el poder que recae sobre los jueces y todo lo relativo a ellos, encargándose de hacer cumplir las leyes.
Poder económico: Este nuevo poder estaría directamente gobernado y gestionado por el pueblo y no por el gobierno y de él y de su capacidad o riqueza dependería. Su principal característica sería su transparencia, pues en todo momento podría ser consultado por quien así lo necesitara o quisiera. Se convertiría en un órgano independiente de los anteriores poderes aún estando subrogado por posibles auditorias a petición de éstos o del mismo pueblo. De este modo se separaría por completo la gestión de que cada gobierno del poder económico, convirtiéndose este cuarto poder en una verdadera valoración de la riqueza de un pueblo, consultada y a la vista de todos y siendo un fiel representante de la capacidad y riqueza objetiva del conjunto de cada pueblo en su quehacer diario.
De igual modo que podemos saber qué países o pueblos sustentan una mayor riqueza en base a sus recursos o capacidades, éste nuevo poder lo haría en base a tales circunstancias pero además se constituiría como un poder independiente y a salvaguarda de las distintas formas de gobierno.
De ésta forma la riqueza de un pueblo siempre estaría en manos del pueblo de forma independiente a sus otros órganos de poder siendo el poder ejecutivo votado por el pueblo el que dispondría según sus propuestas en cómo utilizarlo.

El poder económico estaría en manos de los mejores economistas y calculadores si así quisieran a ello encargarse, no teniendo relación alguna con los otros órganos de poder y tendría una continua, renovada y auditada forma de gestión si así fuera necesitado. Dependiendo en última instancia de la voluntad del pueblo y gracias a las nuevas tecnologías podrían organizarse diferentes peticiones o controles por parte de éste o de los otros poderes.




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Todo esto requiere un mayor esfuerzo e implicación por parte del pueblo en sí, pero de ésta forma no nos veríamos atados de pies y manos cuando el mal gobierno hace que la riqueza del pueblo se vea afectada pues la gestión y supervisión de éste, sino que estaría en manos de la completa voluntad del conjunto del pueblo así como de una verdadera sabiduría de lo que a quién y qué está votando.

Separando el poder económico de un pueblo (posiblemente el actual tribunal de cuentas renovado y auditado) de los otros tres poderes y haciendo que éste sea independiente de los otros órganos de poder, se consigue que toda acción por parte del gobierno sea también trasparente y correcta en mayor medida puesto que ninguno de los órganos de gobierno podría realizar operaciones indebidas ni propuestas imposibles fuera del verdadero control y conocimiento del total del pueblo.

Consciente de que todo esto requiere una mayor y mejor definición, así lo dejo para que así tenga tal opción.