Y comencé a dibujar al hombre.
Abrí un archivo nuevo creo que de 3000 x 3000 en blanco.
Una pincelada de color simulando su piel. De su piel clara. Un esbozo del concepto hombre. Ese huevo, como cabeza. Tantas veces dibujado. El concepto hombre. En sus posiciones. Las posiciones surgen del concepto. ¿Cual era el concepto?
El concepto, el concepto digo, era ... dibujar de nuevo al hombre. Después de todo aquel camino.
Parecía. Con todo aquel rebobinar. Con todo aquel rewind. Del pasado, presente, futuro.
De nuevo el hombre.
El hombre. Bocetos de hombre. Boceto hombre 01.
Nada más comenzar la tela cambió de forma, se quedó como pequeña. La tuve que variar. Durante todo el proceso de aquellas más de cien imágenes captadas del proceso, la he querido variar tantas veces. Era como si necesitara crecer. Expandirse. Y yo como pensando, contente, contente si no no acabarás nunca.
¿Cual era su posición? ¿En todo esto?
¿Simplemente posaba? ¿Esperaba? ¿Permanecía inmóvil? ¿Dibujaré su espalda haciendo de él un modelo?
¿Como con la chica? El hombre y la mujer de nuevo. Como aquella pareja.
Fuera, fuera, hay que tomar una decisión. ¿En que posición está?
No lo sé. Como andando. Como un pie mas largo o más lejos y otro como no sé todavía.
Como en el aire.
Como hacia algún sitio.
Como en tránsito.
Como de frente.
Como viniendo.
Como un hombre caminando.
Intentando detener el tiempo.
Marcando el momento.
Con el azul.
El azul cielo el azul mar.
Y allí el hombre.
En todos sus andares.
En todos sus reflejos.
